SIGUEN GANANDO BATALLAS MÁS ALLÁ DE LA MUERTE

El 19 de junio de 1986 quedó sellada en nuestra historia la heroicidad a raudales que mostraron los combatientes de la guerra popular peruana en las prisiones de El Frontón, Lurigancho y Callao. En homenaje a su ejemplo, que no es sino expresión de la heroicidad de nuestro pueblo, el Partido Comunista del Perú aprobó esa fecha como el Día de la Heroicidad. Doscientos cincuenta de los mejores hijos del pueblo entregaron sus vidas en el vil genocidio de exterminio ordenado por el Estado peruano encabezado por el cobarde asesino Alan García Pérez.


En medio de la campaña Rematar el Gran Salto con sello de oro, parte del Gran Plan de Conquistar bases de apoyo, los prisioneros de guerra se rebelaron en defensa de la revolución y de sus propias vidas. La ardorosa y pujante revolución en armas iniciada en 1980 era esperanza concretada para las masas trabajadoras. Por primera vez en la historia nacional existía un ejército guerrillero del pueblo y un nuevo poder de obreros y campesinos que se construían y desarrollaban, principalmente en el campo.


Ante el avance de las guerrillas, la política genocida de las Fuerzas Armadas de “quemar todo, robar todo, matar a todos” llegó al horror de desaparecer pueblos enteros, asesinato indiscriminado de mujeres y niños, torturas y violaciones hasta la muerte, degüellos y descuartizamientos, macabras fosas comunes, hornos crematorios, uso forzado de masas como escudo de operativos militares y mil atrocidades más con las que el hambreador y genocida Fernando Belaúnde y el más hambreador y más genocida Alan García se empaparon en sangre de diez mil hijos del pueblo hasta mediados de 1986.


Los nombres de lugares y pueblos como Huaychao, Uchuraccay, Putis, Huamanga, cuartel Los Cabitos, la Casa Rosada, Parabamba, San Francisco, Chiara, Paraíso, Milpo, Luricocha, Sivia, Quimbiri, Huamanguilla, Lurigancho, Uchiza, Ayahuarcuna, Canaire, Aucayacu, Pucayacu, Accomarca, Umaru, Bellavista y miles de sitios más que se suman a otros miles de los años posteriores, son muestra del espeluznante genocidio llevado adelante por el Estado peruano contra el pueblo en rebelión.


Ante el inminente genocidio en marcha, los prisioneros de guerra, considerando la coyuntura del Congreso de la Internacional Socialista que se realizaría en junio del 86, se alzaron exigiendo la solución a un justo pliego de demandas en defensa de sus vidas y salud, solución que fue totalmente negada por las autoridades reaccionarias. En defensa de la revolución, del Partido y de sus propias vidas, los combatientes de Gonzalo se atrincheraron para enfrentar la respuesta genocida. En Callao, dos prisioneras fueron asesinadas por la Aviación; en Lurigancho, todos los ciento veinticuatro prisioneros fueron reducidos y ejecutados cobardemente con un tiro en la cabeza por el Ejército; en El Frontón fueron cruelmente despedazados, quemados vivos, fusilados, cañoneados, dinamitados 124 prisioneros de guerra, y algunas decenas, gravemente heridos, lograron sobrevivir.


La heroica acción de los prisioneros de guerra arrancó lauros a la muerte y consiguió un contundente triunfo plasmado en la incorporación masiva de nuevos combatientes, el incremento de las acciones revolucionarias y el desarrollo creciente de la guerra popular. Como dijo nuestro Presidente Gonzalo: “Su recia e imborrable presencia la sentimos palpitante y luminosa enseñándonos hoy, mañana y siempre a dar la vida por el Partido y la revolución”.


A 38 años de la resistencia feroz de nuestros camaradas y compañeros, la verdad histórica se ha ido abriendo paso quedando nítida la responsabilidad principal del genocida aprendiz de führer Alan García Pérez, junto al Apra y las Fuerzas Armadas y Policiales; la complicidad del oportunismo vestido de izquierda legal, de la Iglesia y demás partidos reaccionarios; el desenmascaramiento público y ante el mundo de la política genocida del Estado peruano; el avance de la guerra popular dirigida por el Partido Comunista del Perú que con organización armada fue creando el nuevo poder popular.


La presencia imborrable de los camaradas Alejandro y José, dirigentes comunistas, y de los demás camaradas, combatientes y masas que dieron sus vidas en las luminosas trincheras de combate de El Frontón, Lurigancho y Callao late en cada uno de los luchadores del pueblo que prosiguen el camino proletario hacia el socialismo y el comunismo. Ellos siguen combatiendo y obteniendo victorias más allá de la muerte hasta la victoria final.


La persecución política contra los revolucionarios y el pueblo en la actualidad pretende acabar con toda oposición al capitalismo, con todo lo que parezca marxismo, con cualquier muestra de cuestionamiento al neoliberalismo o demanda de asamblea constituyente con el pueblo y para el pueblo. Mas la incapacidad de las clases dominantes de seguir dominando como hasta hoy y el interés del pueblo de no seguir viviendo oprimido como hasta ahora atizan la lucha de clases en el país.


Con el ejemplo imborrable de nuestros héroes, los presos políticos y prisioneros de guerra, los marxista-leninista-maoístas, pensamiento gonzalo junto a nuestro heroico pueblo combatiente seguimos y seguiremos incansablemente en la lucha política por democracia y desarrollo para las masas trabajadoras, bregando por la revolución socialista hasta alcanzar un Perú nuevo dentro de un mundo nuevo.


¡GLORIA AL DÍA DE LA HEROICIDAD!
¡ELLOS VIVEN Y COMBATEN EN NOSOTROS!
¡CON EL PENSAMIENTO GONZALO HACIA EL SOCIALISMO Y EL COMUNISMO!


Junio de 2024

Comité Nacional de Prisioneros Políticos y de Guerra del Perú

Pabellón Azul, Isla Penal de El Frontón.

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